Las alergias estacionales, desencadenadas por alérgenos como el polen, afectan a muchas personas en primavera y otoño. Este artículo explora las causas más comunes y ofrece consejos sobre el manejo de síntomas, especialmente en niños.

¿Qué son las alergias estacionales?

Las alergias estacionales son reacciones del sistema inmunitario frente a determinados alérgenos como el polen de diversas plantas. Se producen principalmente en primavera y otoño, coincidiendo con la floración o dispersión de granos de determinados tipos de plantas como árboles, hierbas o gramíneas. En estos periodos, el sistema inmunitario de las personas alérgicas identifica erróneamente al polen como una amenaza e inicia una respuesta inflamatoria para combatirlo. Esto genera una serie de síntomas respiratorios y otros problemas de salud.

Causas más frecuentes

Polen de árboles

El polen de árboles como abedules, olmos o plátanos suelen provocar alergias en primavera. Estos árboles florecen entre marzo y mayo dispersando gran cantidad de granos de polen al aire. Las personas alérgicas pueden presentar síntomas cuando el polen alcanza niveles significativos en la atmósfera.

Polen de gramíneas

El polen de gramíneas como los pastos causan alergias especialmente en verano, entre los meses de junio y septiembre. Las gramíneas son plantas muy difundidas que liberan una gran cantidad de polen muy liviano y minúsculo que se dispersa fácilmente por el aire. Su polen es uno de los principales desencadenantes de las alergias estivales.

Ambrosía

Esta hierba es una de las causantes de alergias durante el otoño, especialmente en septiembre y octubre. Su polen es muy alergénico y dado que las semillas permanecen en la planta hasta su dispersión en otoño, se trata de un importante polinizador de este periodo.

Síntomas en niños

Los síntomas más comunes de las alergias estacionales en los niños son estornudos, goteo nasal, picor de nariz, ojos y garganta. También pueden presentar tos, especialmente por las mañanas y las noches, dificultad para respirar e incluso eccemas o urticaria en la piel. La gravedad y duración de los síntomas varía entre los niños y depende del nivel de exposición al alérgeno desencadenante y la sensibilidad individual.

Tratamiento de las alergias estacionales en niños

Ante los síntomas de alergia, lo más recomendable es el tratamiento sintomático con antihistamínicos de venta libre o recetados según la intensidad de los síntomas. Los antihistamínicos actúan bloqueando la histamina, uno de los principales mediadores de la reacción alérgica. Esto ayuda a controlar el picor, estornudos y goteo. En casos más graves donde los síntomas no ceden, el médico puede recetar corticoides nasales de aplicación tópica o sistémica para reducir la inflamación. También se aconseja evitar el contacto con el alérgeno desencadenante siempre que sea posible, sobre todo durante los picos de polinización.

Prevención

Dado que no existe cura para las alergias, la prevención es fundamental. Es recomendable que los niños alérgicos y sus familias revisen los niveles de polen en el ambiente antes de realizar actividades al aire libre, especialmente si se acerca la temporada en que predomina algún alérgeno. Usar mascarilla cuando haya que estar expuesto al exterior, aplicar protector solar para prevenir eccemas y mantener puertas y ventanas cerradas en casa son algunas medidas sencillas que pueden ayudar a reducir el contacto con el polen y prevenir la aparición de los síntomas alérgicos.

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