Descubre la historia de La Cucarachita Martina, una valiente y alegre cucaracha que vive aventuras en la cocina, aprendiendo la importancia de respetar las normas.
Capítulo 1: El Baile de la Cocina
Érase una vez una cucaracha llamada Martina. Ella vivía en una cocina muy divertida, llena de comida deliciosa y amigos. Martina era diferente a las otras cucarachas porque le encantaba bailar. Cada viernes, organizaba un baile en la cocina para todos sus amigos: las hormigas, los grillos y hasta un ratón llamado Ramón.
Un día, Martina pensó que el próximo baile debía ser especial. “¡Voy a hacer un gran espectáculo!”, dijo emocionada. Así que escribió un letrero que decía: “Gran Baile en la Cocina. ¡Vengan todos!”.
Todos los amigos de Martina estaban felices, pero había una regla: no hacer ruido. Si hacían mucho ruido, el gato podría despertar y eso sería un gran problema. Martina siempre decía: “Las normas son importantes para que todos estemos seguros”.
La noche del baile, la cocina estaba llena de risas y música. Pero, cuando comenzaron a bailar, algunos amigos se olvidaron de la regla.
—¡Bailen más fuerte! —gritó un grillo.
—¡Sí, hagamos mucho ruido! —dijo una hormiga.
Martina se asustó. “¡No! ¡El gato puede venir!”, gritó. Pero nadie la escuchó. De repente, el gato se despertó y comenzó a mirar con ojos grandes.
Todos los amigos se asustaron y, al ver al gato, corrieron en todas direcciones. ¡Fue un gran lío! Martina, con su pequeña voz, trató de calmarlos:
—¡Regresen! ¡Necesitamos estar juntos!
Finalmente, todos se reunieron y se escondieron detrás de un frasco. Cuando el gato se fue, Martina dijo:
—¿Ven? Respetar las normas es importante para estar a salvo.
Capítulo 2: La Aventura en el Jardín
Al día siguiente, Martina quería hacer algo divertido. Pensó: “¡Voy a llevar a mis amigos al jardín!”. Así que hizo otro letrero que decía: “Excursión al Jardín. ¡Recuerden las normas!”.
Las normas eran simples: no alejarse del grupo y no hacer ruido para no asustar a los insectos. Todos estaban emocionados y prepararon bocadillos para el camino.
Cuando llegaron al jardín, todo era hermoso. Había flores de todos los colores y mariposas volando. Pero, de repente, un grillo vio una mariposa brillante y gritó:
—¡Miren esa mariposa! ¡Voy a atraparla!
Sin pensar, salió corriendo y varios amigos lo siguieron. Martina se preocupó y gritó:
—¡Chicos! ¡Regresen! ¡No se alejen!
Pero nadie la escuchó. Todos estaban tan emocionados que olvidaron las normas. Martina decidió que tenía que hacer algo. Ella corrió tras ellos y dijo:
—¡Si nos perdemos, no podremos volver!
Los amigos se detuvieron y vieron que se habían alejado mucho. Se sintieron un poco asustados. Entonces, todos regresaron a donde estaba Martina.
—Lo siento, Martina —dijo el grillo—. No debimos olvidarnos de las normas.
Martina sonrió y dijo:
—No pasa nada. Aprendimos que las normas son para cuidarnos. ¡Vamos a disfrutar del jardín juntos!
Y así, todos miraron las flores y las mariposas con cuidado, sin hacer ruido. Martina se dio cuenta de que respetar las normas hacía que la diversión fuera mucho mejor.
Desde ese día, la Cucarachita Martina y sus amigos siempre recordaron la importancia de las normas. Y así, bailaron y exploraron, siempre juntos y felices.
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