Bienvenidos a disfrutar de un bonito cuento sobre La Doctora Juguetes y la búsqueda de su amigo.
Capítulo 1: El Juguete Perdido
Era un día soleado en la casa de la Doctora Juguetes. Doc, una niña encantadora con una bata blanca, estaba jugando con sus amigos: el oso Stuffy, la lámpara de noche llamada Lambie y el dinosaurio Chilly. Todos se divertían, pero de repente, notaron que un juguete faltaba.
“¿Dónde está el pequeño Tilly, el tren de juguete?” preguntó Stuffy, preocupado.
“No lo sé”, respondió Doc, mirando a su alrededor. “¡Vamos a buscarlo! Tal vez le haya pasado algo y necesite nuestra ayuda”.
Los amigos se pusieron en marcha. Primero buscaron en el jardín. Miraron detrás de las flores y debajo de los árboles. “¡Tilly, Tilly! ¿Dónde estás?” llamaron todos juntos, pero no había señal del tren.
“Quizás se fue a la caja de juguetes”, sugirió Lambie, que siempre tenía buenas ideas. Así que se dirigieron a la caja donde guardaban todos sus juguetes.
Cuando llegaron, encontraron a muchos juguetes, pero Tilly no estaba allí. Doc se agachó y les preguntó a los otros juguetes. “¿Alguien ha visto a Tilly?”
“Lo vi esta mañana cerca del parque”, dijo un cochecito de juguete. “Parecía muy feliz, pero luego no lo volví a ver”.
“¡Vamos al parque!” exclamó Doc. “Puede que allí lo encontremos”.
Capítulo 2: La Aventura en el Parque
El grupo llegó al parque, donde los niños jugaban y reían. Doc miró a su alrededor con atención. “¡Tilly!” llamó de nuevo. Pero no había respuesta.
“Vamos a preguntar a los otros juguetes del parque”, sugirió Chilly. Y así lo hicieron. Preguntaron a una muñeca, a un baloncesto y a una patineta, pero nadie sabía dónde estaba Tilly.
De repente, Doc escuchó un suave silbido. “¿Qué fue eso?” preguntó. Siguiendo el sonido, llegaron a un arbusto. Cuando miraron, ¡allí estaba Tilly! Pero estaba atrapado en unas ramas.
“¡Pobrecito Tilly!” dijo Lambie. “Debemos ayudarlo”.
Doc se acercó con cuidado. “No te preocupes, Tilly. Te sacaré de ahí”. Con un movimiento suave y cuidadoso, Doc liberó al tren de juguete.
“¡Gracias, Doctora Juguetes!” dijo Tilly, feliz de estar libre. “Me fui a explorar, pero me quedé atrapado”.
Doc sonrió. “A veces es divertido explorar, pero siempre es bueno estar con amigos”. Todos se rieron y celebraron el regreso de Tilly.
“Vamos a casa”, dijo Stuffy. “Ahora podemos jugar todos juntos”.
Regresaron a la casa de la Doctora Juguetes, donde Tilly se unió a sus amigos. Todos estaban felices de estar juntos de nuevo. Doc se sintió muy contenta, porque no solo habían encontrado a Tilly, sino que también habían aprendido lo importante que es ayudar a los amigos.
Y así, la Doctora Juguetes y sus amigos continuaron sus aventuras, siempre listos para ayudar a cualquier juguete que lo necesitara.
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