Cuento la bella y la bestia

Había una vez en un pequeño pueblo, una joven llamada Bella. Bella era conocida por su belleza y su amor por los libros. Un día, su padre se perdió en el bosque y terminó en un misterioso castillo. Allí, conoció a la Bestia, una criatura temible pero solitaria.

El padre de Bella, al ser liberado por la Bestia, le prometió a su hija que volvería a cambio de su libertad. Bella, valiente, decidió ocupar su lugar. Al principio, la Bestia asustaba a Bella, pero con el tiempo, descubrió que detrás de su apariencia feroz se escondía un ser triste y herido.

Bella exploró el castillo y encontró una biblioteca encantada. La Bestia, a pesar de su apariencia, resultó ser un buen conversador y compartía el amor de Bella por los libros. A medida que pasaban los días, la amistad entre Bella y la Bestia creció.

Un día, la Bestia le concedió a Bella la libertad para que pudiera ver a su padre enfermo. Bella, a pesar de estar feliz de reunirse con su familia, se dio cuenta de que había desarrollado sentimientos por la Bestia. Al regresar al pueblo, se enteró de que un cazador estaba planeando atacar al castillo.

Bella corrió de vuelta, encontró a la Bestia herida, y confesó su amor. En ese momento, la magia del castillo se rompió. La Bestia se transformó en un príncipe, liberado de la maldición que lo había convertido en una bestia.

Bella y el príncipe vivieron felices para siempre, recordando siempre que la verdadera belleza va más allá de las apariencias. Y así, la historia de la Bella y la Bestia se convirtió en un cuento atemporal de amor, amistad y la capacidad de ver más allá de las superficies.