Embárcate en un viaje encantador a través de tres cuentos cortos para niños de 3 a 5 años que capturan la imaginación y enseñan valiosas lecciones. Desde árboles parlantes hasta océanos de estrellas, prepárate para sumergirte en un mundo de magia y amistad.

La Gran Aventura de Pepito el Conejo

cuento corto para niños de 5 años

Capítulo 1: Pepito y la Nube Suave

Había una vez un conejito llamado Pepito que vivía en un campo lleno de flores y árboles altos. Un día, mientras estaba jugando, Pepito miró hacia el cielo y vio una nube que se veía muy, muy suave, como una gran almohada esponjosa. Pepito pensó que sería muy divertido saltar sobre esa nube.

“¡Voy a intentar alcanzarla!”, dijo Pepito emocionado. Entonces, comenzó a saltar lo más alto que pudo, cada vez más alto, hasta que, ¡zas!, alcanzó la nube. Cuando aterrizó en la nube, se dio cuenta de que era tan suave como había imaginado. Pepito se sintió muy feliz y empezó a rebotar en la nube, disfrutando de su suavidad.

Pero algo increíble sucedió: la nube comenzó a moverse, ¡y Pepito se dio cuenta de que estaba volando por el cielo! Desde allá arriba, podía ver su casita, los árboles, y a todos sus amigos jugando en el campo. Pepito se sintió muy contento porque volar era lo más emocionante que había hecho en su vida.

Capítulo 2: Pepito y las Flores Gigantes

La nube siguió volando con Pepito a bordo, y lo llevó a un lugar mágico donde había flores gigantes y mariposas de todos los colores. Las flores eran tan altas como los árboles, y sus pétalos brillaban bajo la luz del sol. Pepito nunca había visto algo tan bonito.

Pepito empezó a correr y a saltar entre las flores, y las mariposas volaban a su alrededor, haciendo que todo se sintiera como un cuento de hadas. Pepito se sentía muy feliz jugando en ese lugar tan especial.

Pero, poco a poco, el sol comenzó a esconderse detrás de las montañas, y el cielo se volvió de color naranja y rosa. Pepito supo que era hora de regresar a casa. La nube, que también parecía saberlo, comenzó a volar de regreso, llevando a Pepito de vuelta a su campo.

Cuando llegaron, Pepito bajó de la nube y corrió a su casa para contarle a su mamá sobre su increíble aventura. “¡Mamá, mamá! ¡Hoy volé en una nube y vi flores gigantes!”, dijo Pepito con una gran sonrisa. Su mamá lo abrazó y le dijo que era un conejito muy valiente. Pepito se fue a la cama soñando con más aventuras en el cielo, seguro de que siempre habría algo nuevo y emocionante que descubrir.

La Cebra Pintada y Sus Amigos

Cuentos para niños de 3 a 5 años

Capítulo 1: Cebrita y el Sueño de Colores

Había una vez una pequeña cebra llamada Cebrita que vivía en la sabana con su familia. Cebrita era una cebra muy curiosa y soñadora. Le encantaban los colores, pero siempre se preguntaba por qué ella solo tenía rayas blancas y negras.

Una noche, Cebrita tuvo un sueño muy especial. En su sueño, ella no tenía solo rayas blancas y negras, sino que tenía rayas de todos los colores del arcoíris. Sus rayas eran rojas, azules, amarillas, verdes y hasta moradas. Cebrita se veía tan bonita que todos los animales de la sabana la miraban con admiración.

Cuando Cebrita se despertó, decidió que quería ser como en su sueño, con rayas de colores. “¡Voy a buscar pintura para colorear mis rayas!”, dijo Cebrita emocionada. Entonces, salió a buscar botes de pintura por toda la sabana. Encontró pintura de todos los colores que había soñado: rojo, azul, amarillo, verde y más.

Capítulo 2: La Nueva Cebra Colorida

Con mucho cuidado, Cebrita comenzó a pintarse las rayas. Primero se puso una raya roja, luego una azul, y después una amarilla. Poco a poco, todas sus rayas se llenaron de colores brillantes. Cebrita estaba tan contenta que no podía esperar para mostrarle a sus amigos cómo se veía.

Cuando Cebrita fue a ver a sus amigos, todos se quedaron sorprendidos. “¡Cebrita, te ves increíble!”, dijeron sus amigos. Todos los animales se acercaron para admirar sus nuevas rayas de colores. Las otras cebras también querían pintarse como Cebrita, así que ella compartió su pintura con todos.

Pronto, todas las cebras de la sabana tenían rayas de diferentes colores. Había cebras con rayas verdes, azules, rojas y hasta rayas multicolores como las de Cebrita. Todos estaban muy felices y agradecidos con Cebrita por haber compartido su idea tan divertida.

Esa noche, cuando Cebrita se fue a dormir, pensó en lo feliz que se sentía. No solo porque ahora tenía las rayas de colores que siempre había soñado, sino porque había hecho felices a todos sus amigos. Cebrita se durmió con una gran sonrisa en su rostro, soñando con nuevas ideas para compartir con sus amigos y hacer que cada día fuera más especial. ¡Era la cebra más feliz y colorida de toda la sabana!

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