Llega el momento de decir adiós a las siestas y noches junto a los hijos en la cama. El proceso de destete nocturno es una etapa importante en el desarrollo del bebé, pero también puede resultar estresante tanto para los padres como para el pequeño. Sin embargo, existen formas de realizar el destete respetando los ritmos del niño para que sea lo menos traumático posible.

Una de las claves es respetar las señales que manda el bebé sobre su madurez para dormir solo. Algunas señales de que puede estar preparado son que duerme toda la noche sin despertarse, se duerme solo al ponerlo en la cuna o ya no mama durante la noche. Si no está preparado, forzar el destete puede resultar contraproducente y generar frustraciones.

Otro aspecto importante es realizar el proceso de forma progresiva, no de forma abrupta. Una buena opción es introducir al bebé en su habitación para la siesta diurna manteniendo la rutina nocturna de dormir junto a los padres. Poco a poco se va aumentando el tiempo que pasa solo hasta que esté familiarizado con su cuarto.

También es recomendable mantener la rutina previa de ir a dormir. Un baño relajante, el pijama, una historia y a la cama. De esta forma el bebé asocia estos elementos con el momento de dormir y se siente más seguro. Otra recomendación es no acostumbrarlo a que se duerma con mamaderas, chupetes u otros elementos que luego le cueste dejar.

Durante las primeras noches del destete es normal que el bebé llore o se despierte. En estos casos, es importante mostrarle al bebé que estamos cerca tranquilizándolo con la voz o acariciándolo pero sin sacarlo de la cuna, para no reforzar laidea de que lamentándose consigue atención. Poco a poco dejará de llorar al comprender que por la noche duerme solo.