Descubre el encantador mundo de “El lobo feroz y los siete cabritos” en este artículo que explora la atemporal lección de astucia y precaución. Descubre cómo este cuento popular ha cautivado generaciones, ofreciendo valiosas enseñanzas sobre la importancia de la prudencia y la confianza en la familia.
El lobo feroz y los siete cabritos
En una pequeña casa al borde del bosque, vivía una madre cabra con sus siete cabritos. Un día, la madre cabra tuvo que salir a hacer algunas compras y advirtió a sus hijos: “No abran la puerta a nadie, excepto a mí. ¡Cuidado con el lobo!”
Mientras la madre cabra estaba fuera, el astuto lobo acechaba. Golpeó la puerta y, con voz ronca, dijo: “¡Soy mamá cabra! He vuelto”. Pero los cabritos, recordando las advertencias de su madre, no cedieron. El lobo, decidido, se marchó y tramó un nuevo plan.
Con ingenio, el lobo compró tiza y la devoró para suavizar su voz. Volvió a la casa y llamó de nuevo. “¡Soy mamá cabra! He vuelto”, dijo con una voz dulce. Los cabritos, cautelosos, pidieron ver sus patas. Esta vez, el lobo las mostró, blancas y suaves. Los cabritos, confiados, abrieron la puerta.
Pero al entrar, el lobo reveló su verdadera identidad. Los asustados cabritos corrieron y se escondieron. El lobo, furioso, intentó atraparlos, pero no lo logró. Mientras tanto, la verdadera madre cabra regresó. Al ver la puerta abierta, temió lo peor.
Los cabritos, ocultos y temblando, le contaron lo sucedido. La madre cabra, astuta como sus hijos, ideó un plan para atrapar al lobo. Juntos, prepararon una trampa en la que el lobo cayó. Finalmente, los siete cabritos estaban a salvo, y el lobo aprendió la lección.
Reflexión del cuento
Este cuento enseña que la astucia y la precaución pueden vencer incluso al enemigo más astuto, y la importancia de escuchar las advertencias de aquellos que nos cuidan. Si aparte de gustarte los cuentos infantiles, buscas dar la mejor educación a tus hijos, te invitamos a leer sobre la Educación Montessori.