¿Qué es la fibrilación atrial?
La fibrilación atrial (FA) es un trastorno caracterizado por un ritmo cardíaco irregular y a menudo rápido. En la FA, las cámaras superiores del corazón, llamadas atrios, no se contraen de manera coordinada. En su lugar, los impulsos eléctricos se generan de manera caótica y desordenada, lo que lleva a un ritmo cardíaco irregular y a una disminución de la eficiencia en el bombeo de sangre hacia los ventrículos (las cámaras inferiores del corazón).
Causas de la fibrilación atrial
Las causas más frecuentes de FA en niños son:
Defectos cardíacos congénitos
Muchos niños nacen con defectos cardíacos que afectan la estructura normal del corazón. Estos defectos aumentan el riesgo de desarrollar fibrilación atrial. Algunos ejemplos son comunicaciones interauriculares y problemas en las válvulas cardíacas.
Miocardiopatías
Las miocardiopatías son enfermedades que afectan el músculo cardíaco (miocardio) y alteran su función. Pueden deberse a causas genéticas, infecciones virales o problemas metabólicos.
Enfermedades reumáticas
Problemas reumáticos como el lupus eritematoso sistémico pueden inflamar el corazón y provocar fibrilación atrial.
Síntomas de la fibrilación atrial en niños
Los principales síntomas en niños son:
- Fatiga y falta de aire con esfuerzo
- Mareos o desmayos
- Palpitaciones cardíacas
- Dolor de pecho
- Problemas para crecer y ganar peso
Sin embargo, en muchos casos la fibrilación atrial no presenta síntomas y sólo se detecta durante un chequeo médico rutinario.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de la causa subyacente y de la gravedad de cada caso. Puede incluir:
Medicamentos para controlar el ritmo cardiaco como betabloqueantes o antiarrítmicos.
Procedimientos como ablación con cateter para eliminar las zonas del corazón que generan las contracciones irregulares.
Cirugía, en el caso de problemas estructurales como defectos cardíacos, para corregirlos.
Control del estilo de vida con dieta equilibrada y ejercicio moderado bajo supervisión médica.
Lo más importante es realizar un seguimiento continuo con el cardiólogo pediátrico para controlar la evolución y ajustar el tratamiento de ser necesario. Con un buen manejo multidisciplinario, muchos niños con fibrilación atrial pueden llevar una vida plena y saludable.
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