Hola querida comunidad Educatiles, hoy traemos un cuento breve de dos capítulos sobre Minnie y Daisy. Esperamos que lo puedan disfrutar y compartir con sus amigos.

Capítulo 1: La Fiesta Sorpresa

Era un día soleado en la ciudad de los lunares, y Minnie y Daisy estaban muy emocionadas. Habían decidido organizar una fiesta sorpresa para su amigo Mickey, que cumplía años. “¡Va a ser la mejor fiesta de todas!” dijo Minnie, mientras dibujaba en su cuaderno ideas para la decoración. Daisy, con su gran entusiasmo, añadió: “¡Y también haremos un pastel gigante de chocolate!”

Las dos amigas comenzaron a planear todo. Primero, hicieron una lista de invitados. “Debemos invitar a todos: a Goofy, a Pluto y a Clarabelle”, sugirió Daisy. Minnie asintió y escribió los nombres en su lista. Luego, decidieron que la fiesta se llevaría a cabo en el jardín de Minnie, que estaba lleno de flores y mariposas.

Mientras preparaban todo, Daisy tuvo una idea brillante. “¡Podríamos hacer un juego de búsqueda del tesoro para que todos se diviertan!” Minnie se iluminó con la idea. “¡Sí! Puedo esconder pequeños regalos por todo el jardín y dar pistas para encontrarlos”.

Las amigas se pusieron a trabajar. Decoraron el jardín con globos de colores y guirnaldas de papel. Minnie hizo un hermoso cartel que decía “¡Feliz Cumpleaños, Mickey!” y lo colgó en la entrada. Mientras tanto, Daisy se encargó de hornear el pastel. “¡No puedo esperar a que lo pruebe!”, exclamó.

Finalmente, llegó el gran día. Todos los amigos de Mickey llegaron puntuales. Minnie y Daisy escondieron a Mickey detrás de un árbol y le gritaron “¡Sorpresa!” cuando todos gritaron al unísono. Mickey se sorprendió tanto que no podía dejar de sonreír. “¡Esto es increíble, gracias, chicas!” dijo emocionado.

La fiesta fue un éxito. Jugaron a la búsqueda del tesoro, comieron pastel y se divirtieron mucho. Al final del día, Minnie y Daisy se sintieron muy felices de haber hecho a su amigo tan feliz.

Capítulo 2: Un Problema en el Jardín

Al día siguiente, mientras Minnie y Daisy limpiaban el jardín, notaron algo extraño. “¿Qué es eso?”, preguntó Daisy, señalando un pequeño agujero en el suelo. Minnie se acercó y vio que era un túnel. “¡Parece que hay un animalito viviendo aquí!”, dijo curiosa.

Decidieron investigar. “¡Vamos a ver qué encontramos!”, dijo Minnie con emoción. Con cuidado, se asomaron al túnel y, para su sorpresa, encontraron a un pequeño conejito asustado. “¡Hola, pequeño! No te asustes”, dijo Daisy suavemente. El conejito temblaba, pero al ver a las dos amigas, se calmó un poco.

Minnie tuvo una idea. “Podemos hacerle una casita en el jardín para que esté cómodo y seguro”. Daisy estuvo de acuerdo y juntas empezaron a construir una pequeña casita con cajas y hojas. “¡Le pondremos un letrero que diga ‘Casa del Conejito’!”, exclamó Minnie.

Cuando terminaron, el conejito se metió en su nueva casa y se asomó con curiosidad. “¡Mira, Daisy! ¡Le gusta!”, dijo Minnie feliz. Desde ese día, el conejito se convirtió en un nuevo amigo para Minnie y Daisy. Cada vez que jugaban en el jardín, él salía a saludarlas.

Las dos amigas aprendieron que ayudar a los demás, incluso a un pequeño conejito, podía traer mucha alegría. Y así, Minnie y Daisy siguieron viviendo aventuras en su jardín lleno de lunares, siempre listas para ayudar a los que lo necesitaban.

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