Capítulo 1: La Casa Mágica

Había una vez, en un bosque encantado, una bruja muy especial llamada Bruja Piruja. No era como las demás brujas; en vez de asustar, le encantaba hacer magia para ayudar a los animales y a los niños. Su casa era un lugar mágico, llena de colores brillantes y olores deliciosos.

Un día, mientras preparaba una nueva poción de caramelos de frutas, escuchó un suave llanto. La Bruja Piruja salió de su casa y vio a un pequeño conejito llamado Nino.

—¿Qué te pasa, Nino? —preguntó la bruja, agachándose para mirarlo a los ojos.

—¡He perdido mi juguete favorito! —sollozó Nino—. Es un pequeño coche rojo y no sé dónde está.

La Bruja Piruja sonrió y le dijo:

—No te preocupes, Nino. ¡Voy a ayudarte!

Con un movimiento de su varita mágica, la bruja susurró un encantamiento. De repente, los árboles comenzaron a moverse suavemente. Las hojas susurraban y los animales del bosque se unieron a la búsqueda.

El pájaro Pipo voló alto en el cielo y, desde allí, vio algo brillante en el suelo.

—¡Allí está! —cantó Pipo—. ¡El coche rojo está bajo el gran roble!

Nino saltó de alegría y corrió hacia el árbol. La Bruja Piruja lo siguió con una sonrisa. Al llegar, Nino encontró su coche y lo abrazó fuertemente.

—¡Gracias, Bruja Piruja! —exclamó Nino, feliz.

La bruja sonrió y le dijo:

—Recuerda, siempre es bueno pedir ayuda cuando lo necesitas.

Capítulo 2: La Fiesta de la Amistad

Esa tarde, Nino decidió que quería hacer una fiesta para agradecer a la Bruja Piruja. Corrió a su casa y le dijo:

—Bruja Piruja, quiero hacer una fiesta para todos los animales y tú eres la invitada especial.

La bruja se emocionó y aceptó la invitación. Juntos, comenzaron a preparar la fiesta. Hicieron galletas de colores, jugos de frutas mágicas y decoraron con flores del bosque.

Cuando llegó la noche, todos los animales del bosque estaban allí: el pájaro Pipo, la ardilla Lila y el zorro Tico. La fiesta comenzó con risas y juegos. La Bruja Piruja hizo trucos mágicos que dejaron a todos maravillados.

—¡Miren! —dijo mientras hacía aparecer globos de colores en el aire—. ¡La magia de la amistad es la más poderosa de todas!

Todos aplaudieron y celebraron. Bailaron, cantaron y disfrutaron de la deliciosa comida. Al final de la noche, la Bruja Piruja miró a todos sus amigos y dijo:

—La magia de la amistad siempre nos unirá. ¡Nunca olviden lo especiales que son!

Y así, bajo las estrellas brillantes, todos se fueron a casa con el corazón lleno de alegría. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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