En el Pequeño Reino, un brillante día de sol iluminaba el cielo. Ben el Duende y Holly la Hada estaban emocionados porque hoy era el Día de Juegos. Todos los duendes y hadas se reunían en el prado para divertirse juntos.

Ben y Holly llevaron su mejor ropa de juego: Ben con su sombrero rojo y Holly con su varita mágica brillante. En el prado, se encontraron con Gastón, el caracol de carreras, listo para la competencia.

Primero, jugaron al escondite con los elfos. Holly se escondió detrás de una margarita gigante y Ben se ocultó detrás de un trébol. ¡Los elfos buscaban por todas partes pero no podían encontrarlos!

Luego, jugaron a saltar en los charcos de barro con la Princesa Amapola y el Duende Joe. Todos se rieron y salpicaron hasta que estuvieron completamente empapados.

Después, Gastón organizó una carrera de caracoles. Aunque Gastón era el favorito, un pequeño caracol llamado Timmy dio una sorpresa a todos y ganó la carrera.

Para el gran final, todos se reunieron alrededor de la gran seta para un concurso de magia. Holly hizo aparecer un arcoíris brillante y Ben hizo que florecieran flores por todas partes.

El Día de Juegos fue un éxito total. Todos se divirtieron mucho y se fueron a casa con corazones llenos de alegría y risas.

Esa noche, Ben y Holly se acostaron con sonrisas en sus caras, agradecidos por los maravillosos amigos y momentos mágicos que habían compartido en el Pequeño Reino.